agosto 28, 2010

Diego Torres y Alejandra Guzmán dan lo mejor ante pocos


Rosalina Marrero-Rodríguez / Primera Hora / San Juan de Puerto Rico
La combinación de Diego Torres y Alejandra Guzmán pareció no convencer lo suficiente a sus respectivos públicos al no lograr llenar la versión reducida del Coliseo de Puerto Rico con el concierto que ofrecieron anoche.
El cantante argentino Diego Torres inició la jornada musical faltando 10 minutos para las 9:00 de la noche, todavía con los niveles de palco y general prácticamente vacíos. Por parte del artista no fue una entrada lo suficientemente atractiva como para avivar el ánimo. El ambiente comenzó a cambiar hacia la cuarta y quinta canción, Sé que ya no volverás y Penélope, que la audiencia recibió con mayor entusiasmo.
“Es la primera vez que estoy en este estadio tan lindo. Es un honor para mí compartir este concierto con Alejandra Guzmán, le tengo mucho cariño a ella”, expresó Diego Torres en su saludo al público.
La tristeza del artista ante la reciente pérdida de su padre se hizo evidente, pues aunque se mostró simpático, se le sintió un tanto decaído en el comienzo. No obstante, su estado emocional no afectó su melodiosa interpretación.
“Esta semana es una semana muy especial, el domingo falleció mi papá después de una larga enfermedad y de haber sufrido mucho. Ahora tengo la tranquilidad de que descansa en paz y de que, junto a mi mamá, me seguirán cuidando”, dijo para introducir el tema Tal vez.
La última noche, Déjame estar y Mi corazón se fue fueron parte de las 17 canciones del repertorio del artista, que mezcló títulos viejos con algunos de su más reciente disco, Distinto.
Su éxito Abriendo caminos soltó al artista a la improvisación. “Que yo me quedo aquí en San Juan, ahora sí me voy a bailar”, fueron parte de los estribillos que compartió antes de una falsa despedida.
Diego Torres regresó a la sencilla tarima para cerrar su participación con Sueños, su clásico Color esperanza, Guapa y Que no me pierda.
Su picardía floreció al dedicar Guapa a las boricuas.
“Para todas las mujeres guapas y acá en Puerto Rico hay muchas. Abren la puerta y salen a borbotones”, comentó antes de dejar a la fanaticada con unas palabras cargadas del optimismo que define muchas de sus canciones.
A las 10:00 de la noche inició un receso para que la banda de Alejandra Guzmán se instalara en el escenario, el cual se extendió por espacio de una hora.
La rabia escénica, sin duda, estaba reservada para Alejandra Guzmán. Soy sólo un secreto y Un grito en la noche marcaron un vibrante comienzo de la rockera mexicana, que prometía mucho más a medida que avanzara el repertorio de una veintena de temas. Eran las 11:00 de la noche cuando la artista se presentó en la tarima que, para ella, tuvo un montaje más elaborado que para su colega Diego Torres.


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